El cuerpo es un contenedor, un mediador de los fluidos que nos impregnan de vida o que nos intoxican, de contenidos que nos hacen dependientes o que nos permiten crecer. A medida que crecemos, reconocemos la transformación de nuestra antigua dependencia de la leche materna en interdependencia con el medio ambiente. El artista también es un mediador. Contiene infinidad de registros humanos y canaliza las preguntas del colectivo, es decir, las absorbe, y destila imágenes que plantean preguntas que nos incomodan o bien respuestas nutritivas que nos expanden…
©E.Valldosera, 2014